Ese día algo en mi murió.
Como si de un todo arrancase una parte esencial; en ese caso ¿Seguiría el todo siendo todo? ¿Si me quito el brazo, siego siendo cuerpo?
Desde aquella tarde que me sentí vacía, como un alma en pena que deambula una y otra vez por el mismo lugar.
Podría caminar por horas, días o años y no saber a donde ir, ni qué me han quitado, ni donde encontrarlo.
Sólo pido que me devuelva lo que me robó, que me estoy muriendo y no aguanto este dolor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario