Tocaste el agua así, tan suavemente que tu imagen estalló en mil pedazos. Las aureolas creadas
no llegan a golpearme, es tu fuego, es mi sed, miles de orillas.
Dejaste entrever mis anteriores días; la fuerza de mi vida, hoy desaparecida y un halo de pasión se transformó en la vieja herida que nos separó.
Tranquilidades que tardarán en llegar, lunas llenas que solíamos mirar...
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