Ni el viento, ni la vida, ni el mar nos podrían quitar las sonrisas que se formaban en nuestros rostros al ver la luna posarse en la tierra.
Diez dedos pueden entrelazarse con facilidad si es un mismo sentido el que los une. También un mismo sentido los puede separar, pero siempre quedara ese espacio en V esperando ser llenado.
Si tan sólo fuésemos capases de ver la linea que nos une con la gente correcta. Si tan sólo fuésemos menos estúpidos como para ver nuestros errores.
No soy de las que pide consejos; tampoco soy de las que tiene mejores amigxs, esas que se ven en las fotos tan felices sonriendo en algún parque lleno de basura.  Soy mas bien de las que le gusta el silencio; estar con alguien sólo en silencio recostada en el pasto, sentada en una banca o en un bus. Me gusta el silencio cuando no es incomodo. Andando de la mano con alguien mirando las calles de forma distraída. Son esas cosas que no todos pueden apreciar.
¿Por qué siempre hay que tener un tema de conversación? La comunicación también se puede llevar a cabo cuando el nulo sonido de nuestras bocas lleva a los momentos más felices de la historia en la vida misma. Esos momentos que se recuerdan y atesoran como los mejores.
Y...¿Quién soy yo para hablar de la vida? Pues nadie. Así de simple.

Que nadie nos quite las sonrisas.